martes, 29 de junio de 2010

INTRODUCCIÓN A UNA MIRADA INTROSPECTIVA


Hola¡¡¡. Aquí les remito un texto bien interesante de Beatriz Caro. He decidio publicarlo por su claridad y a su vez porque me ha parecido tremendamente oportuno y enriquecedor para todos nosotros.

INTRODUCCIÓN A UNA MIRADA INTROSPECTIVA
Por Beatriz Caro

Es muy importante aprovechar realmente la conexión que tenemos con el budismo.

El budismo es una psicología muy profunda en la cual se puede encontrar y a la vez desarrollar las seis paramitas, las cinco que hacen parte del método y la sexta que es la sabiduría, la práctica. Nuestros maestros, han estado involucrados en este tipo de aprendizaje desde el principio de sus vidas, por lo que ha sido, y es, parte de toda su educación tanto espiritual como social. Es su cultura, lo que los identifica.

Nosotros como occidentales tener esa conexión, nos es muy, muy, muy difícil porque nosotros no hemos tenido esa educación. Como occidentales hemos ido en una dirección distinta en la cual la educación, la socialización se basa en la doble moralidad, en la apariencia, en el deseo, en las ganas de poder, en la necesidad de huir de nosotros mismos, en la necesidad de buscar el otro como entretenimiento; evadiendo ese proceso de introspección que caracteriza la “sabia cultura” del budismo, ese sumario de introversión que es necesario en primer lugar para conocernos, para saber quienes somos, para saber que necesitamos, para darnos cuenta como podemos desarrollar nuestras capacidades, nuestro potencial, para valorarnos, respetarnos, amarnos, escucharnos y, en resumen, ser mas armoniosos y pacíficos.

Este viaje interior en busca de estos beneficios se refleja paralelamente en nuestro exterior. Esas cualidades positivas se hacen cada vez más visibles. Los signos se manifiestan al empezar a relacionarnos con el otro como si el otro fuera el tesoro más preciado que tenemos, actuamos con agradecimiento, con bondad, benevolencia, y humildad, siendo aquí, en este punto de encuentro con el otro, en el que empezamos a reflejar nuestra integridad. Nuestra separación de lo interno y lo externo gradualmente se va a ir haciendo cada vez más tenue.

Significando la integridad, la unión, el amor y la compasión vemos que el amor y la compasión son el reflejo de esa unión y de esa integridad y se van manifestando de una forma natural, de una forma espontánea sin esfuerzo, sin que sea como una apariencia, como la necesidad de demostrarme que soy bueno o como la necesidad de mostrarle al otro que si que efectivamente yo soy buena o bueno. No, ese tenue velo se esfuma y la acción sale de una forma natural y espontánea desde dentro, de una forma genuina, de un modo natural. Al sentir amor y compasión por uno mismo paulatinamente empezamos a valorar nuestro precioso renacimiento como seres humanos de una manera verdadera. Esta explosión de comprensión es una maravillosa y única posibilidad de poder hacer este trabajo gradual; maximizar nuestras capacidades, nuestras potencialidades y tener los mejores y mayores logros y aprovechar este tiempo que realmente tenemos para poder desarrollar y descubrir todo ese potencial que somos. Potencial o poder que seguiremos desarrollando siendo conscientes de todo lo que somos, de lo que podemos llegar a hacer desde una consciencia humana y responsable, desde una sabiduría coherente.

Para poder llegar a dar este primer paso es muy importante el reconocimiento nosotros mismos. Nuestro cuerpo, nuestra mente son metafóricamente como el recipiente donde vamos a colocar ese contenido que intelectualmente o racionalmente nosotros reconocemos que es valioso, que es con lo que nosotros queremos llenar nuestro recipiente propio.
Para ello necesitamos hacer un proceso de introspección, mirarnos y analizar: “¿Cómo esta nuestro recipiente? ”. En primer lugar, seguramente esta manchado por nuestro karma negativo que hemos creado en esta vida y otras vidas. Sin embargo, el interés genuino que tenemos por conocernos y conocer el budismo es la gran motivación para empezar a vivir nuestro presente de una forma clara. Ya sabemos lo que trae el karma negativo, y lo que trae el karma virtuoso así que vamos a empezar a poder elegir y ser conscientes de nuestra esencia y de lo que queremos hacer en cada momento.

El siguiente paso a seguir es descubrir en que posición esta nuestro recipiente si esta boca abajo o si esta boca arriba. Si esta boca abajo por más agua que le eches; agua, o el mejor vino o néctar el contenido que sea, da igual, por más y más, y más contenido que le quieras echar a ese vaso si esta boca abajo, ni siquiera se va a poder empezar a llenar porque no está en la postura adecuada. Si está boca arriba puede que por muchas causas y condiciones ese vaso esté agujereado dando la sensación de que todo lo que nos llega lo metemos ahí y se queda, sin embargo al estar agujereado todo lo que echemos ahí: néctar, el más exquisito y costoso de los vinos, agua o el contenido se pierde, se filtra por esos agujeros.

Entonces, el tercer paso es mirar hacia dentro y observar como esta nuestro recipiente, sin juzgar, sin calificar, para poder empezar , desde la mesura, a hacer ese viaje de introspección y que sea cada vez más efectivo y con resultados óptimos. Es importante empezar a hacer ese viaje de reflexión y poder llegar a reconocer en que posición y en que estado está nuestro recipiente. Es ahí cuando, verdaderamente vamos a poder empezar a hacer un proceso gradual en lo que sea en el budismo, en nuestras relaciones, en el conocimiento de uno mismo; cualquier pretexto es valido para hacer eso, porque las tres aunque parezcan diferentes van a lo mismo al conocimiento, a la conciencia, a la unión y cuando eso florece se externaliza en un acto amoroso, compasivo desde la espontaneidad, desde la naturalidad, sin esfuerzo.

Una acción desde el amor y la compasión es incondicional, sin esperar el resultado. Sin esperar que el resultado sea inmediato; aunque no queramos todas nuestras acciones, el karma son causa y efecto; pero cuando genuinamente empezamos a actuar de una forma desinteresada, simplemente nuestro objetivo es poder llegar a hacer virtuosos sin esperar un reconocimiento, sin esperar nada a cambio. En lo material o en el apoyo, esa generosidad cada vez más se va ha ser más presente, más espontánea, más natural. Acompañada de una ética impecable, la de hacer las cosas de forma correcta simplemente porque son lo correcto, sin esperar o sin temor que la autoridad de afuera nos va a venir a castigar. Este tipo de motivación de forma gradual también se ira haciendo estable. Con la paciencia, de darnos cuenta como no podemos empujar el río, porque es importante reconocer el proceso natural de todas las cosas.
La naturaleza misma es un ejemplo: el cómo al plantar una semilla para que haya frutos hay que conocer cual es ese proceso. Aplicando nuestra paciencia y esfuerzo vamos a dedicar el tiempo que sea necesario para cuidar de esa semilla. Ver todo ese proceso de transformación y cuidar de él, es lo que finalmente nos permitirá recoger el fruto. Depende de lo que uno quiera recoger y depende de lo que uno siembre pues los resultados serán a corto plazo, mediano o a largo plazo. También es importante reconocer la realidad de eso que hemos sembrado y del esfuerzo, del trabajo que necesitamos hacer durante todo ese proceso y lo que necesitamos hacer con perseverancia y esfuerzo hasta conseguir los frutos de acuerdo al proceso natural y el tiempo que necesitan para que maduren. Todo este recorrido, es un recorrido valioso.

Al desarrollar de una forma natural y gradual la generosidad, la ética, la paciencia y el esfuerzo se nos van a ir quitando esos velos que no nos permiten conocer el modo real en que acontecen los fenómenos y los seres. Estos mantos también comienzan a disolverse de manera espontánea al escuchar el dharma, al reflexionar sobre el dharma, no en valde este es el verdadero refugio, al integrarlo en nuestra realidad, en nuestro día a día, en cada momento.
Al emprender este camino de investigación interior se removerán muchas cosas, probablemente empiecen a madurar karmas negativos y hasta es posible que las cosas se nos puedan complicar, sin embargo, si concientemente tenemos integrado que esto puede pasar porque empezamos una etapa de eliminación, de purificación de obstáculos, de quemar ese karma negativo desde el más sutil hasta el más burdo. Si empieza a pasar todo eso es una gran señal y nos puede indicar de que nuestros pasos están siendo efectivos, de que estamos haciendo justo lo que necesitamos hacer. Al mismo tiempo eso será una prueba que si se vive como tal, se va a hacer más firme, se va hacer más estable nuestro propósito, nuestra conciencia de conocimiento de nosotros mismos, del conocimiento de la realidad y de la motivación genuina de ser consecuente con lo que somos y con la realidad.

En todo ese proceso, paralelamente también podemos hacer ejercicios de meditación, de calma mental, de concentración y esas cinco paramitas integradas de acuerdo a nuestro propio conocimiento como punto de partida, como la base es la posibilidad de irnos acercando a nuestra propia sabiduría a la sabiduría profunda del budismo.

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